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Idea en detalle
La propuesta se fundamenta en la necesidad de eliminar la precariedad laboral en el sector público chileno, específicamente en lo que respecta a los contratos a honorarios y la subcontratación, cuando las funciones desempeñadas son de carácter habitual y permanente. El objetivo es que estos trabajadores sean contratados directamente por las instituciones públicas a las que sirven, bajo un régimen laboral que les otorgue plenos derechos y beneficios.
Históricamente, el contrato a honorarios en la administración pública ha sido definido por la Contraloría General de la República como un mecanismo para labores "ocasionales, específicas, puntuales y no habituales". Sin embargo, la realidad muestra que un número considerable de trabajadores a honorarios (47.513 en el Gobierno Central a marzo de 2024 ) desempeñan funciones permanentes y bajo una relación de subordinación y dependencia, lo que constituye una "simulación" o "fraude a la ley". Esta situación los ha dejado históricamente sin acceso a derechos laborales fundamentales como vacaciones pagadas, licencias médicas, indemnización por años de servicio o seguro de cesantía.
Un punto crucial de esta propuesta es la protección bajo la Ley N° 16.744, que establece el seguro social obligatorio contra accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. Tradicionalmente, los trabajadores a honorarios estaban excluidos de esta ley. Si bien la Ley N° 21.133, vigente desde 2019, hizo obligatorias las cotizaciones de seguridad social para los trabajadores independientes, incluyendo la cobertura de la Ley N° 16.744 , esta incorporación es gradual (alcanzando el 17% de retención en 2028) y está condicionada a que el trabajador esté "al día en el pago de las cotizaciones". Esto contrasta con los trabajadores dependientes, quienes están cubiertos desde el primer día de trabajo, incluso sin contrato firmado. La propuesta busca cerrar esta brecha, asegurando una protección inmediata e incondicional.
Los beneficios directos de esta regularización para los trabajadores serían múltiples: acceso a todas las prestaciones médicas y económicas de la Ley N° 16.744 (atención médica, subsidios por incapacidad, pensiones por invalidez o sobrevivencia) , mejores remuneraciones, estabilidad laboral, acceso a beneficios sociales (salud, pensiones, asignaciones familiares) , y la posibilidad de desarrollo de carrera y participación sindical.
Sin embargo, la implementación de esta propuesta enfrenta desafíos significativos. La conversión de un gran volumen de contratos a honorarios a contratos directos implica un impacto fiscal considerable para el Estado, debido al aumento de los costos salariales y de las obligaciones de seguridad social. Las iniciativas legislativas actuales, como la Ley N° 21.640, que fija un límite de 6.500 traspasos de honorarios a contrata para el año 2024 , demuestran que la regularización es un proceso incremental y lento, condicionado por las capacidades presupuestarias y administrativas.
En esencia, la propuesta busca poner fin a la "simulación" laboral en el sector público, garantizando que todos los trabajadores que desempeñan funciones esenciales para el Estado lo hagan bajo condiciones de dignidad, equidad y plena protección social, eliminando las vulnerabilidades asociadas a la contratación precaria.