Durante los últimos 40 años, en varias ciudades de Chile, diferentes generaciones que alguna vez estudiaron (en la enseñanza media, y educación superior) han tenido la ingrata experiencia de sufrir humillaciones y malos tratos por parte de algunos conductores de la locomoción colectiva. Aunque el Ministerio de Transportes, junto con el Mineduc (Ministerio de Educación), JUNAEB y la asociación gremial de dueños de taxibuses, han permitido que los estudiantes tengan a mano su pase escolar para viajar con tarifa rebajada, siempre hay un grupo contado de conductores a quienes les sobran excusas para "hacerles la vida imposible", como que el pasajero estaría viajando a otro lugar menos a clases, que el chofer pasa por un mal clima laboral, o incluso pasaría por agudos momentos de estrés. Para equiparar un poco las relaciones entre ambas partes, se sugieren estas dos cosas:

- Que el estudiante tenga varios canales donde hacer sus reclamos, tanto en la universidad (o liceo), a través de un Call Center nacional o número de emergencias o incluso en Carabineros. Si el acto de humillación logra ser comprobado, el conductor estaría infringiendo (según esta nueva propuesta) en una falta al que incluso deberá pagar multa al Juzgado de Policía Local, o bien que la flota de taxibuses permita que una sola vez en el año el estudiante pueda viajar gratis como una forma de retribuir el daño psicológico que le causaron. Con esto se busca PENALIZAR EL MAL TRATO DE CONDUCTORES HACIA LOS ESTUDIANTES, y así los conductores deberán canalizar su frustración en otro lado sin molestar a los estudiantes. En caso que un mismo conductor sume en un año tres acusaciones en contra, podría ser citado a la Fiscalía o arriesgar algun tipo de pena (Pasar un mes en la carcel). El propósito es que estos señores respeten al estudiante, de la misma forma como en los paraderos cercanos a las universidades deben haber carabineros de tránsito para asegurar que todos los taxibuses se detengan para llevar a los universitarios, evitando así que algun micrero arranque o escape (muchos evaden o evitar llevar jovenes). 

Para la otra parte, entendiendo obviamente la rutina sacrificada del trabajo que desempeña el conductor, también hay propuesta. Los choferes tendrán derecho dos veces al mes para asistir a terapias o estímulos psicológicos, sean masajes que se les haga en algún local del rubro (de espalda, tipo sauna), paseos de fin de semana a algun parque, sillas para masajes en los terminales de buses, coffee break en invierno (Milo caliente, con pan amasado), dia libre para piscina en primavera y verano, etc. Así mismo en las flotas de taxibuses donde hay más reclamos por malos tratos a estudiantes, podrían recibir la visita mensual de un psicólogo para tratar o relacionarse con los conductores, incluso sesiones de yoga, terapias orientales (Rei Ki) en las horas libres, todo para que el conductor esté más relajado al momento de manejar la máquina, hasta la adquisición de saco de boxeo con guantes para que los choferes descarguen su rabia pegándole o desquitandose con esos objetos, así canalizan su rabia y dejan tranquilos a los estudiantes. Dependiendo de la creencia, un sacerdote católico podría ir al terminal para que el chofer en forma confidencial cuente todo aquello que lo aproblema, desde posible consumo de drogas hasta problemas en la familia. 

Así le hacemos la vida más grata a ambas partes, choferes y estudiantes.