Muchos padres dedican su vida a criar hijos neurodivergentes, enfrentando desde temprana edad dificultades conductuales, luego desafíos sociales en la etapa escolar, y finalmente obstáculos en la inserción laboral. Muchos de ellos sufren en silencio, sin acceso a los recursos necesarios ni al apoyo del Estado, y con escaso tiempo para sí mismos.

Mi propuesta es crear un Centro de Inserción para Personas Neurodivergentes, donde los niños reciban atención de salud adecuada y las familias sean orientadas y acompañadas en este proceso. El centro también brindaría apoyo concreto para la inclusión laboral de personas con condiciones especiales dentro de la comuna, y ofrecería actividades que fomenten la socialización. Muchos jóvenes y adultos neurodivergentes desean tener amistades, tener una pareja, o incluso una familia, pero carecen de las herramientas y espacios adecuados para lograrlo.

Este centro no solo impactaría positivamente en las personas neurodivergentes y sus familias, sino que también generaría múltiples oportunidades laborales para profesionales del área de la salud, la educación y la inclusión social.

Att: Un joven autista.