Publicado por: Estefania Hernandez

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Economía, Fomento y Turismo
Nacional
Propinas Voluntaria y Transparente

Resumen

Quiero plantear un tema que hoy en Chile se ha vuelto un verdadero abuso: el cobro automático del 10% de propina en restaurantes y distintos comercios. Antes, la propina era algo absolutamente voluntario. Si yo quería dejar monedas o billetes en la mesa, lo hacía, y si no, nadie me miraba feo. Pero ahora, con la digitalización y el pago con tarjeta, las máquinas de Transbank u otras ya traen el 10% cargado por defecto y muchas veces ni siquiera te preguntan si quieres dejar propina o no. Eso no es correcto, porque la ley dice que la propina es voluntaria. El problema es que en la práctica el cliente se siente presionado. Si digo que no quiero dejar propina, el mesero me mira raro, y muchas veces uno termina pagando aunque no esté de acuerdo. Esto se agrava en cuentas altas: si voy con mi familia y gastamos más de $200.000 en un almuerzo, el 10% son $20.000 de propina, lo que me parece exagerado. Además, no tengo cómo saber si ese dinero realmente llega al bolsillo del trabajador o se lo queda el local. También se está pidiendo propina en lugares donde no corresponde, como heladerías o cafeterías de autoservicio, donde uno mismo pide en la caja y retira su producto. ¿Por qué tendría que dar un 10% de propina si nadie me atendió en mesa? Esto ya no es un reconocimiento por un buen servicio, sino una obligación disfrazada. Yo no estoy en contra de los trabajadores, al contrario: pienso que los empleadores son los que deben pagar sueldos justos y no depender de las propinas para complementar ingresos. Pero sí estoy en contra de este sistema que obliga al cliente, genera desconfianza y un mal rato. Lo que propongo es simple: 1. Que por obligación, por ley, se pregunte siempre si quiero dejar propina, y que la opción de “sin propina” sea clara y visible. 2. Que la propina pueda ser de cualquier monto, que no se sugiera el 10%. 3. Que los locales informen con transparencia cuánto de esa propina llega realmente a los trabajadores. 4. Que la propina solo se pueda sugerir en lugares con servicio de mesa, no en autoservicios. 5. Que se refuerce la idea de que la propina es un gesto voluntario del cliente, no una parte obligatoria de la cuenta. Hay que dar más libertad al cliente y evitar que el sueldo de los trabajadores dependa de la buena voluntad de los consumidores. La propina debería ser un acto de gratitud por un buen servicio, no un cobro automático que genera molestia y abusos.

¿A quién beneficia esta idea?

Esta propuesta beneficia directamente a los clientes, porque recuperan su derecho a decidir si quieren o no dejar propina y en qué monto, sin sentirse presionados. También beneficia a los trabajadores, ya que obliga a que los empleadores aseguren sueldos justos sin depender de las propinas para complementar ingresos. Y en general, beneficia a la transparencia en el comercio, porque los locales tendrán que informar con claridad cómo se manejan las propinas y no podrán usarlas como un cobro automático disfrazado.

¿Qué problema resuelve esta idea?

Resuelve el abuso actual en el cobro de propinas, donde muchos comercios cargan el 10% por defecto, incluso en lugares donde no corresponde (como autoservicios). También resuelve la presión social hacia el cliente, que muchas veces se siente obligado a pagar aunque no quiera, y la falta de claridad sobre el destino de ese dinero, ya que no siempre se sabe si llega a los trabajadores. En resumen, devuelve el carácter voluntario y transparente de la propina, tal como la ley establece, y evita que se transforme en un cobro obligatorio.

Idea en detalle

La propuesta es que la propina vuelva a ser 100% voluntaria. Para eso, el sistema debería funcionar así:
1. Al momento de pagar, quién te atiende debería hacer una única pregunta: “¿Desea dejar propina?” Si el cliente responde que sí, la máquina le permite ingresar el monto exacto que quiera (no porcentajes sugeridos). Si responde que no, se paga solo el valor del consumo.

2. La boleta debe separar claramente lo que corresponde al consumo y lo que corresponde a la propina, para que no quede la sensación de que es parte obligatoria de la cuenta.

3. Solo se debería preguntar por propina en locales donde exista un servicio de atención en mesa. En locales de autoservicio (heladerías, cafés al paso, etc.), no corresponde ni siquiera preguntar.

4. Se debería prohibir que los locales ingresen automáticamente un 10% u otro porcentaje. Si lo hacen, sería una infracción sancionable, porque contradice el carácter voluntario de la propina.

De esta forma, el cliente siempre tiene la libertad de decidir, y la propina vuelve a ser lo que siempre debió ser: un gesto de gratitud y no un cobro disfrazado.

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