Tomar como referencia la carrera docente para diseñar una carrera de asistentes de la educación, que permita evaluar sus competencias, reconocer su aporte y fortalecer su desarrollo profesional. Esto significaría abrir un camino de crecimiento y formación para miles de trabajadores que entregan día a día lo mejor de sí a la educación.

Es fundamental recordar que la convivencia escolar no es responsabilidad exclusiva de los docentes, sino que se construye entre todos los integrantes de la comunidad educativa. Por ello, si realmente queremos mejorar la educación tradicional, debemos comenzar por brindar mejores condiciones, reconocimiento y oportunidades de desarrollo a quienes sostienen gran parte de la vida escolar: los asistentes de la educación.