Me dirijo a ustedes para manifestar una inquietud que por décadas ha estado presente en la ciudadanía de Calama. Nuestra ciudad, a pesar de más de cien años aportando con los excedentes del mineral de Chuquicamata al desarrollo del país, continúa relegada en aspectos fundamentales de calidad de vida. Mientras los recursos se han traducido en líneas de metro, carreteras, cárceles y hospitales para Santiago u otras ciudades cercanas a la capital, Calama sigue sin parques adecuados, sin carreteras de estándar nacional y sin una política clara que compense los sacrificios de una zona que ha dado tanto a Chile. Por ello, solicitamos que se genere una política real de descentralización, que se traduzca en obras concretas para nuestra ciudad y su gente. No basta con discursos; es urgente materializar proyectos que dignifiquen a Calama, mejoren sus condiciones urbanas y permitan a nuestras familias acceder a un desarrollo justo y equitativo. La descentralización no debe ser un eslogan, sino una acción concreta y permanente que devuelva a Calama parte de lo mucho que ha entregado al país.