Publicado por: Juan Var

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Justicia
Nacional
Responsabilidad programatica presidencial

Resumen

Garantizar que los presidentes electos cumplan un porcentaje mínimo de sus promesas de campaña en cada año de mandato, bajo riesgo de sanciones políticas, administrativas o económicas.

¿A quién beneficia esta idea?

Claro, aquí tienes un resumen breve: Esta propuesta beneficia principalmente a la ciudadanía, al garantizar que las promesas de campaña se conviertan en compromisos reales. También favorece a los candidatos honestos, que podrán destacar por su cumplimiento, y fortalece las instituciones democráticas al fomentar la transparencia, la rendición de cuentas y la confianza pública.

¿Qué problema resuelve esta idea?

Esta propuesta resuelve el problema de la impunidad política, donde los presidentes pueden prometer sin cumplir. Establece mecanismos de seguimiento y sanción para garantizar que las promesas de campaña se traduzcan en acciones concretas, fortaleciendo la confianza ciudadana y la rendición de cuentas.

Idea en detalle

1. Registro vinculante de promesas
Los candidatos presidenciales deberán inscribir oficialmente sus promesas de campaña en una plataforma pública al momento de postularse. Este registro será la base para evaluar su gestión, evitando que las promesas queden en el aire o se modifiquen sin justificación.

2. Evaluación anual de cumplimiento
Cada año de mandato se medirá el porcentaje de cumplimiento de las promesas inscritas. Se establecerán metas progresivas (por ejemplo, 20% el primer año, 40% el segundo, etc.) y se publicarán informes accesibles a toda la ciudadanía, con auditorías independientes y participación ciudadana.

3. Sanciones por incumplimiento
Si el presidente no cumple con los porcentajes mínimos establecidos, se aplicarán sanciones proporcionales: desde multas económicas destinadas a fondos sociales, hasta inhabilitación para futuras candidaturas o incluso la destitución en casos graves y reiterados.

4. Fortalecimiento de la democracia
La propuesta busca restaurar la confianza ciudadana en la política, promoviendo una cultura de responsabilidad y transparencia. Al convertir las promesas en compromisos verificables, se empodera a la ciudadanía y se eleva el estándar ético de quienes aspiran a gobernar.

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