12. Agricultura: Protegiendo e impulsando nuestro granero nacional
12.2. Basta de tierras con potencial abandonadas. Con el Plan Nacional para Reconvertir Suelos Subutilizados vamos a poner a trabajar y a producir nuestro suelo nacional cuidando los bienes ambientales y patrimoniales.

Propuesta 12.2: Plan nacional para identificar, priorizar y concesionar suelos con aptitud de
reconversión agrícola —con foco en predios fiscales y privados subutilizados— para expandir
la frontera productiva, crear empleo local y fortalecer MIPYMES y cooperativas, resguardando
bienes ambientales y patrimonio.

Chile enfrenta simultáneamente desertificación, sequía prolongada y subutilización de extensas
superficies con potencial de reconversión agrícola. En 2024, la Corporación Nacional Forestal
(CONAF) reporta que “Praderas y Matorrales” cubren 29,5 millones de hectáreas (39,0% del
territorio), mientras los “Terrenos Agrícolas” suman 4,05 millones de hectáreas (5,3%) y las
“Áreas Desprovistas de Vegetación” alcanzan 17,43 millones (23,0%), sobre un total continental
cartografiado de 75,7 millones de hectáreas, y gran parte de la superficie no agrícola mencionada
no corresponde a áreas protegidas.

El Ministerio de Bienes Nacionales administra en torno a la mitad del territorio nacional (54,0%)
, y su régimen de “Concesión de uso a título oneroso” permite otorgar derechos de uso por plazos
determinados, hasta 50 años, cautelando el interés fiscal . Sobre esa base institucional, resulta
factible un plan de habilitación orientado a ampliar la superficie efectivamente utilizada con fines
agrícolas allí donde el potencial sea realista y ambientalmente compatible.

En términos macroeconómicos, dado que el agro silvícola aportó alrededor de 3,4% del PIB en
2024 , una expansión de superficie intensiva de +11% a +38% —con productividades promedio—
se traduciría, por simple regla de tres, en un incremento del orden de +0,36 a +1,30 puntos
porcentuales del PIB, sujeto al mix de rubros, rendimientos y dotación hídrica. En empleo, usando
como referencia que el agro reúne ~6,9% de las ocupaciones (aproximadamente 585 mil personas)
, el rango de expansión indicado sugiere del orden de +60 mil a +220 mil puestos, con intensidad
mayor si crece la fruticultura y hortalizas, y menor si prima ganadería extensiva

Este plan se orienta, por tanto, a identificar y habilitar suelos susceptibles de transformación
mediante tecnología y agua —no a intervenir patrimonio, áreas protegidas o sitios de alto valor
cultural—, priorizando donde el impacto socioeconómico y el empleo local sean mayores y donde
la seguridad hídrica y ambiental pueda garantizarse. La evaluación ambiental se somete al SEIA
conforme a la Ley 19.300 .

El Plan nacional se desglosa a continuación:

  1. Gobernanza y coordinación. El Ministerio de Agricultura liderará el plan, en coordinación
    estrecha con el Ministerio de Bienes Nacionales —por el régimen de concesiones—, CIREN
    —por información de suelos y SIG— y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) —por
    resguardos sanitarios—. Se incorporarán universidades y centros regionales para
    caracterización local, y gobiernos regionales para alinear inversiones en conectividad y
    caminos. Las concesiones sobre bienes fiscales siguen el régimen de uso oneroso (plazos
    máximos de 50 años), sin enajenación de dominio.
  2. Catastro Único Nacional de Suelos (CUNS). Durante los dos primeros años se levantará
    y publicará un CUNS con: (i) integración de cartografías oficiales (CONAF, CIREN,
    DGA/agua, catastros viales), (ii) exclusiones automáticas de áreas protegidas, humedales,
    sitios de alto valor patrimonial y áreas de amortiguación ecológicas, y (iii) criterios de aptitud
    orientados a la transformación: pendiente y erodabilidad manejables; profundidad y textura del
    suelo; acidez corregible; disponibilidad o factibilidad de riego (superficial, embalses, recarga,
    pozos con balance sustentable); cercanía a infraestructura y mercados; viabilidad ambiental y
    social; certeza de tenencia. El CUNS publicará mapas de oportunidad con tres niveles de
    madurez: habilitación rápida (p. ej., praderas/matorrales con acceso hídrico factible y baja
    intervención); intermedia (obras de agua y corrección de suelos); y compleja (requerirá mayor
    inversión o etapas secuenciales).
  3. Priorización por interés público. Se establece un índice de priorización que ponderará:
    empleo local esperado y calidad del empleo; impacto en productividad y encadenamientos;
    costo público directo de habilitación (se minimiza); compatibilidad hídrica y ambiental; y
    participación de MIPYMES/cooperativas. El índice guía la agenda anual de licitaciones
    regionales.
  4. Modalidades de concesión.

    a. Predios fiscales. Concesión de uso oneroso con plazos orientativos según ciclo productivo:
    hasta 15 años renovables para cultivos anuales y forrajes; y plazos acotados a la vida útil del
    proyecto para frutales/viñas o inversiones mayores (con límite de 50 años). Prohibición de
    subarriendo y de rentas no agrícolas no declaradas en el proyecto. Causales de caducidad por
    no uso, incumplimiento ambiental o falsedad de antecedentes, de acuerdo a la legislación
    vigente

    b. Predios privados subutilizados. No hay afectación de dominio: se ofrecerán ventanas de
    financiamiento e incentivos habilitantes (caminos, riego, conectividad digital) y créditos con
    garantía estatal para pequeños/medianos.

  5. Bases de licitación y requisitos. Podrán postular agentes que demuestren capacidad técnica
    y financiera para ejecutar la explotación; se privilegiará a MIPYMES y cooperativas. Las bases
    exigirán: metas de empleo y producción, plan de manejo sustentable del suelo (encalado si
    corresponde, manejo de erosión, rotaciones), plan hídrico (fuente, eficiencia, resguardo
    ecológico) y Plan de Cierre/Restitución. Para pequeños se contemplan “exenciones
    justificadas” ante problemas técnicos o climáticos que pongan en riesgo la continuidad, sin
    perder la concesión, con medidas de apoyo y reprogramación.
  6. Financiamiento y costo fiscal. El costo directo para el presupuesto se concentra en el
    CUNS, la gestión de licitaciones y asistencia técnica a pequeños; la inversión productiva en
    predios concesionados la financian los adjudicatarios. Pequeños y medianos accederán a
    créditos con garantía estatal orientados a riego, corrección de suelos y capital de trabajo;
    grandes actores financiarán con recursos propios o bancarios. La experiencia internacional
    sugiere efectos significativos en empleo y valor agregado cuando la habilitación se acompaña
    de riego tecnificado y encadenamientos.
  7. Planificación Años 1–2: Catastro Único y carteras regionales priorizadas; Años 2–3:
    licitaciones y adjudicaciones; Año 4: entrada en régimen de operación y evaluación intermedia.
    Monitoreo público anual de hectáreas habilitadas, empleo y cumplimiento ambiental.