Propuesta 2.11: Iteración y escalabilidad por macrozonas del proyecto ‘Un Chile mejor para
los enfermos de cáncer’ privilegiando alianzas cooperativas y patrocinios por parte de empresas
privadas bajo marco Ley de Donaciones y Ley I + D.

En el año 2014 la Facultad de Medicina UC y el Banco de Chile conjunto al Servicio de Oncología
Ambulatorio del Hospital Sotero del Río – que atiende La Florida, Pirque, San Bernardo, San José
de Maipo, San Ramón, La Granja y La Pintana – firmaron un convenio de cooperación públicoprivada que le permitió contar con nuevas instalaciones y equipamiento. Dicho convenio se tituló
‘Programa Un Chile mejor para los enfermos de cáncer’ y permitió triplicar las atenciones de
enfermos de cáncer y pasar de 3.500 a 11 mil pacientes oncológicos anuales, cubriendo el 25% de
la población de la Región Metropolitana y el 10% del país. Así como aumentar de 3 a 7 los médicos
especialistas del centro, además de incrementar la cantidad de oncólogos formados en el país.
Sumado a ello, se implementó un modelo de atención que permite que un oncólogo pueda atender
hasta 4 pacientes simultáneamente, gracias al fortalecimiento del rol de enfermería especializada.

La idea es poder iterar dicho programa buscando escalarlo a macro zonas regionales utilizando los
marcos legales existentes que permiten incentivos tributarios para que diversas empresas se
involucren, mediante sus Áreas de Responsabilidad Social Empresarial, en el financiamiento de
iniciativas de alto valor público (ej. Ley de Donaciones y Ley I + i + D, entre otras instacias).

Dicho modelo se aplica en Canadá (Nurse-led oncology clinics), Reino Unido (Macmillan Cancer
Support Model), Estados Unidos (Oncology Nurse Navigators) y España. En él, las enfermeras
asumen tareas clínicas y administrativas que tradicionalmente recaían en el médico, como:

• Preparación del paciente
• Educación sobre el tratamiento
• Seguimiento de efectos adversos
• Coordinación de citas y derivaciones

El oncólogo se enfoca en la toma de decisiones clínicas críticas, mientras las enfermeras gestionan
el flujo de atención y acompañamiento. Para ello, se utilizan protocolos estandarizados,
plataformas digitales para trazabilidad, y gestores de casos que aseguran la continuidad del
tratamiento.